sábado, 18 de julio de 2015

Cuando no encontramos nuestro lugar en el mundo

Hay veces en la vida en la que nos sentimos perdidos, parece que no encajamos en ningún sitio, que todo el mundo hace su vida ajeno a nosotros, que todo cambia mientras que nosotros permanecemos inmóviles. No es fácil ver cómo a nuestro alrededor todo evoluciona y, sin embargo, nuestra burbuja no estalla y nos mantiene aislados del mundo.
Ahora toca hablar en primera persona, puesto que yo mismo he vivido esta situación y, además, contado desde la propia experiencia, todo suena mucho mejor, ¿no creéis?


 Después de varios meses, finalmente me he decidido a volver a escribir en mi rinconcito en la red porque últimamente me he sentido de la misma manera que os he definido al principio del post. De alguna forma, quería desahogarme, necesitaba desahogarme. 

Yo tengo mis amigos, como todo el mundo, aunque eso no significa que haya encontrado a gente con la que tenga cosas en común. Me explico: durante estos años he hecho muchos nuevos amigos, además de los que conozco prácticamente de toda la vida. Pero curiosamente coincido en pocas cosas en cuanto a gustos se refiere (aunque no vamos a entrar mucho en detalles). A pesar de ello, son mis amigos, me siento muy cómodo con ellos, pero en el fondo no puedo evitar pensar que soy el "rarito", el diferente
Esto es algo que llevo meditando durante mucho tiempo y, sinceramente, no es algo con lo que yo me sienta a gusto ni mucho menos. E, inevitablemente, este pensamiento me lleva al siguiente: << Vaya, parecer que todavía no he encontrado mi lugar en el mundo, me siento... marginado. Como si no terminara de encajar, como si yo en realidad perteneciera a otro sitio.>>

No es una sensación agradable, para qué nos vamos a engañar. Y es que llega un momento en el que nos vemos obligados a plantearnos si realmente estamos ocupando nuestro lugar en el mundo, en la vida. Es una pregunta verdaderamente difícil de contestar. 
Alrededor nuestro, todos parecen saber lo que quieren, parecen tener todo claro, haber encontrado respuesta a todas sus preguntas e incertidumbres. Y mientras tanto, nosotros nos encontramos tan perdidos como un naúfrago flotando en medio de la inmensidad del océano. 
Ha sido mucho, mucho tiempo el que he dedicado a meditar sobre esta cuestión y creo haber llegado a una conclusión: 

La respuesta no es otra que el tiempo. Aquel lugar que será nuestro sitio en el mundo, allá donde lograremos encajar, lo hallaremos a medida que vayamos viviendo experiencias, experimentando nuevas emociones y sensaciones, conociendo lugares y gente nueva. Si de lo contrario, dedicamos el tiempo a pensar en cuál será nuestro lugar, no conseguiremos gran cosa. 
Resumiendo, hay que salir ahí fuera. No vale con encerrarnos en nuestros pensamientos para intentar encontrar una solución. Nuestro lugar en el mundo está en alguna parte y sólo la encontraremos si buscamos cuál es el camino que la vida tiene preparado para nosotros y que nos conduce a un sitio: Nuestro lugar.
Como dice Amaia Montero en su canción: "Solo es cuestión de caminar".

¿A qué esperas para buscar tu camino?


No hay comentarios:

Publicar un comentario